martes, 1 de julio de 2008

Mientras tú descansas (si es verdad que los muertos descansan) La vida pasa de cierta manera, incomoda.Todo sigue tal cual lo dejaste. Sigo conociendo chicas, prometiéndome, dejar de fumar, trabajando los domingos en el negocito, pensando a veces, en tu ausencia, esa ausencia tan presente.
Se escucha a menudo, hablar de tus hijos, los sueños en fuga y las promesas perdidas. Hablemos pues de la muerte, sin sentimiento alguno de tristeza. Hablemos pues, de los nietos, con la ingenuidad que dan los niños pequeños. Contemos la historia de toda la familia, las nueras y esposas. Señora de la vida, amiga de la muerte, contemos la risa, cantemos al viento, sobre el olvido y la insoportable manera de profanar los recuerdos por parte de los indebidos. No preguntes, no, no preguntes como murió el viejo, no me cuentes lo que no quiero saber ni he preguntado. Simplemente calla, calla que aun no lo entiendo.

1 comentario:

Laura L. dijo...

No se, esperanzador al principio, desgarrador al final... supongo... O todo lo contrario, un gusto leer, beso.