RATIONAL
Sonó una vez, tal vez dos. Pero él no contestó el llamado de su conciencia. Un poco de dignidad es todo lo que le pedía.
- Dios no está aquí hoy, padre.
Tampoco la razón lo asistiría esa tarde. Por primera vez en su vida lo había abandonado, poniendole el ejemplo de lo que debía hacer. Él no hizo caso.
- La orden es matarlo. Entre más alto el rango del verdugo, mejor. Usted, capitán, es el oficial de mayor rango aquí.
- ¿Cual es su crimen? ¿Porqué he de matarlo?
- Se le acusa de alta traición, pertenencia al partido y ... el general lo vió como una cortesía hacia usted capitán, por estar desposando a...
- ¿Y mi derecho de perdón?
- La sentencia la emitió el general, solo él puede perdonarlo. Pero ha declinado hacerlo
El general tenía razon. Había que matarlo, pero no así, no en aquella iglesia y no enfrente de ella.
- ¿Cual es su último deseo?
- Que ruegue por el perdón de mi todavía prometida
- Concedido - y con su pistola corta lo mató de un tiro.
De rodillas, y tomando por sorpresa a todos sus hombres, el capitán empezó a implorarle perdón, con súplicas entrecortadas por el llanto.
- Sólo te pido una cosa
- Sabes bien que lo que sea
- Cásate conmigo
- Dios no está aquí hoy, padre.
Tampoco la razón lo asistiría esa tarde. Por primera vez en su vida lo había abandonado, poniendole el ejemplo de lo que debía hacer. Él no hizo caso.
- La orden es matarlo. Entre más alto el rango del verdugo, mejor. Usted, capitán, es el oficial de mayor rango aquí.
- ¿Cual es su crimen? ¿Porqué he de matarlo?
- Se le acusa de alta traición, pertenencia al partido y ... el general lo vió como una cortesía hacia usted capitán, por estar desposando a...
- ¿Y mi derecho de perdón?
- La sentencia la emitió el general, solo él puede perdonarlo. Pero ha declinado hacerlo
El general tenía razon. Había que matarlo, pero no así, no en aquella iglesia y no enfrente de ella.
- ¿Cual es su último deseo?
- Que ruegue por el perdón de mi todavía prometida
- Concedido - y con su pistola corta lo mató de un tiro.
De rodillas, y tomando por sorpresa a todos sus hombres, el capitán empezó a implorarle perdón, con súplicas entrecortadas por el llanto.
- Sólo te pido una cosa
- Sabes bien que lo que sea
- Cásate conmigo
