domingo, 16 de marzo de 2008

Luis Alberto de Cuenca dice que existe un mal de ausencia, parafraseándolo diría yo que Mis amigos me dicen que vuelva a ser el mismo, que pudre el corazón tanta melancolía, que tu ausencia no vale tanta ansiedad inútil, que parezco un ejemplo de subliteratura.
Será por eso que buscamos todos de alguna manera sabotear las realidades, por las veces que nos han asesinado en la memoria, borrándonos de todo pensamiento, no existiendo en sus recuerdos. Por las veces que uno no encuentra la palabra precisa para decir lo que uno siente, es necesario sabotear las realidades, por ese vacío, por esas ganas de gritar sin producir sonido, de intentar expresar lo que uno tiene en la cabeza sin llegar a la mas mínima aproximación, por la mala escritura propuesta, por esta tardanza, por esta ausencia.

Dejé de amarla, cuando entendí
que ser lindo no es un cumplido,
solamente es mero formalismo.

Dejé de quererla cuando me convencí
que su pelo no son flores amarillas
ni su poética lleva mi rima.

Dejando que pase este vacío
este lugar perdido donde no estás
no estoy no hay nada solo marea

Dejando las mentiras hoy confieso
que a veces en las noches las cervezas
traicioneras su mirada me recuerdan

Perdido en el pasado y en la mentira
en la concordancia de las palabras
el no saber el sentido de su mirada
derrotado en la costa del olvido